EN UN 10 DE OCTUBRE DE 1981… MICHELLE MOUTON, UNA MUJER GANA EN LOS RALLYES
Esencia de mujer
En el año 1985, la localidad de
Grasse, en los Alpes Marítimos, se hizo mundialmente famosa a raíz del éxito de
la novela de Patrick Süskind, “El perfume”. Años atrás, en una de sus viviendas
rurales, una niña se contagió de la pasión por la velocidad de su padre.
Durante su adolescencia, pasaba sus tardes rodando por la finca de la familia.
Comenzó a estudiar derecho, pero el aroma de la gasolina es a menudo la
fragancia más embriagadora. Tras aprobar un curso, y con veinte años, se lanzó
a probar suerte en el mundo del rally.
Su padre se dejó un dinero que no
tenía para cumplir con su hija el sueño de su vida. Adquirió un Renault Alpine,
uno de los mejores coches de rally de la época. A los pilotos masculinos no les
hacía demasiada gracia compartir parrilla con una mujer, pese a que en esa época
ya había antecedentes en otras categorías como Lella Lombardi en la Fórmula
Uno. Y menos gracia todavía cuando Michelle Mouton ganó el campeonato de
Francia de Rallyes dos años consecutivos en 1974, y 1975. El siguiente salto
fue el Campeonato Europeo. En este campeonato consiguió varias victorias, casi
todas al volante del Fiat 131 Abarth.
En 1980, Audi estaba a punto de
cambiar la historia del campeonato del mundo. Estaba preparando el debut en el
año 1981 del Quattro, el primer coche de rallyes con tracción integral, y
precursor de la aparición de los vehículos del Grupo B. El desarrollo del coche
había recaído en Hannu Mikkola, pero todavía no se sabía quien iba a ser su
compañero. La casa bávara pensó en contratar al flamante campeón del mundo Walter
Röhrl, pero sus pretensiones eran muy altas. Entonces, los directivos de Audi vieron
una oportunidad en Mouton. Era innegable que tenía talento, y además sería una
buena estrategia publicitaria. La piloto francesa era muy orgullosa y antes de
firmar su contrato con Audi hizo prometer al jefe del equipo, Walter Tresser
que la fichaba como piloto y no como mujer.
El tándem Mikkola-Mouton funcionó
muy bien. Mikkola respetaba mucho las cualidades como piloto de Mouton, y
supongo que también agradeció que su compañero de equipo fuera una debutante en
el mundial, y no un campeón como Röhrl. Desafortunadamente, la superioridad
teórica del Quattro no se plasmó en la pista. El coche se mostró poco fiable,
manejarlo por el asfalto era una heroicidad, y además los problemas en el seno
del equipo eran sonados. Pese a ello, ganaron tres pruebas, Suecia y el RAC con
Mikkola, y San Remo con Mouton, convirtiéndose así en la primera mujer, y única
hasta la fecha, en ganar un rally del campeonato del mundo.
Y cerca estuvo de llevarse el
título mundial. En 1982, Audi disponía de vehículo e infraestructura para ganar
el campeonato. A falta de dos pruebas, Costa de Mafil y el RAC, la piloto
francesa necesitaba un buen resultado en África para atacar el liderato que
tenía Röhrl con un Opel Ascona. Antes de viajar, recibió la noticia del
fallecimiento de su padre, su mentor en el rally. Pese a todo, decidió salir
para dedicarle la victoria, y pelear el campeonato. Problemas de motor cuando
lideraba la prueba, unido a un postrero accidente, provocaron su abandono, y
que el título mundial fuera a manos de su rival.
Sus resultados desde entonces en
el mundial de rallyes fueron discretos, hasta su retirada en 1986. Sin embargo,
iba a derrumbar otra barrera para las mujeres, al ganar la durísima subida al
Piles Peak en 1985, con récord incluido, al volante de un Audi Quattro.
Durante el tiempo que estuvo en
activo, tuvo que lidiar con el machismo de algunos de sus rivales. En 1981, Ari
Vatanen afirmó que “era mejor abandonar
que ser ganado por una mujer”. Su rival en el campeonato de 1982, Walter Röhrl
afirmó que “hasta un mono podría ganar al
volante de un Audi, y puede que ella no lo haga”. Como ha sucedido con
otras mujeres que han competido contra hombres, fueron infravaloradas hasta que
tuvieron oportunidad de luchar de tú a tú contra ellos. El ejemplo de Mouton ha
inspirado a otras pilotos, como por ejemplo, Jutta Kleinschmidt, que ganó el
rally Dakar en 2001, con la que curiosamente ha compartido copiloto, la
italiana Fabrizia Pons.
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