EN UN 11 DE OCTUBRE DE 1997… ISABEL FERNÁNDEZ, CAMPEONA MUNDIAL DE JUDO
Nuestra reina Isabel
Siempre se ha
comentado el crecimiento que experimentó el deporte español en la olimpiada de
Barcelona. Es posible que el Judo fuera uno de los deportes minoritarios que
mejor supo explotar la cercanía de los Juegos Olímpicos. Bajo el mandato en la
presidencia de la federación de Alejandro Blanco, actual presidente del C.O.E,
España consigue la concesión de dos grandes eventos: el campeonato europeo de
1988, que tuvo lugar en Pamplona, y el mundial de 1991, que se celebraría en
Barcelona. Pero nuestro judo, no se limito a ser un buen anfitrión. España pasa
del solitario bronce de Ángela Medina en los europeos de 1987, a ganar seis
medallas en la capital navarra, entre ellas una de oro, Joaquín Ruiz en 71 Kg.
Barcelona iba a servir para encumbrar a Miriam Blasco, que en menos de un año
iba a ganar el oro mundial y olímpico.
La llama olímpica
se apagó para Barcelona, pero no lo hizo para el judo español. En el campeonato
europeo de Birmingham, en 1995, una joven judoka de 23 años, Isabel Fernández,
protagoniza la gran sorpresa en la categoría de 56 Kg La experimentada Nicola
Fairbrother, rival de Blasco en las semifinales de Barcelona’92, sudó sangre
para ganar el combate por un waza-ari de diferencia. Al año siguiente, Isabel
Fernández disputó sus primeros JJ.OO, en Atlanta. No vino de vacío del otro
lado del charco, pues se adjudicó la medalla de bronce. Tampoco pudo
desquitarse en los europeos, pues fue víctima de una escandalosa decisión
arbitral en su combate de semifinales ante la belga Lomba. Sólo pudo rescatar
otro bronce.
El campeonato
del mundo de 1997, en París, parecía el lugar idóneo para el desquite. Con 25
años, tenía la madurez suficiente, y sólo necesitaba ese punto de fortuna que
acompaña a los campeones. El destino le tenía preparada un regalo servido en
bandeja de plata. En semifinales, su rival iba a ser la belga Lomba. Con el
recuerdo de lo sucedido un año antes, Isabel venció a su rival por ippon. La
cosa mejoraba por momentos, pues en la final aguardaba la cubana González, su
verdugo en las semifinales de Atlanta. El combate fue muy igualado, pero la
iniciativa siempre correspondió a la alicantina. El empate persistió hasta el
final y por decisión unánime de los jueces, Isabel Fernández ganó su primer título
mundial, y su primer gran campeonato.
En el
horizonte, Sídney. Siempre es complicado comenzar muy fuerte un ciclo olímpico,
las dudas sobre si te respetarán las lesiones, si aguantaras la forma, torturan
mentalmente al deportista. En 1998, en Oviedo, llegó el esperado título europeo.
Y antes de apretarse el cinturón sobre el judogui, y pisar el tatami olímpico
de nuevo, en 1999 otro título europeo, y una plata mundial, en otra final ante
la judoka cubana.
Sídney había
llegado. Los focos se posaban sobre el tatami, pero en España el combate se
veía casi a media luz por la diferencia horaria. Isabel Fernández estaba en la
final, y ante ella, en el otro extremo del tatami, otra vez Driulis González.
Atrás quedaban las anteriores contiendas entre ambas, el bochornoso combate de
semifinales ante la australiana Pekli… Fue un combate muy similar al que le
valió el oro mundial en el 97, muy táctico, con ambas competidoras a un nivel
muy parecido. Isabel obtuvo una pequeña ventaja merced a las sanciones de los
jueces, y jugó a defender ese escaso margen. Debía tener una actitud ofensiva,
para evitar la sanción. La cubana buscó a la desesperada el punto que
necesitaba, pero Isabel se defendió a las mil maravillas. El combate terminaba,
y todos recordamos ese salto al cénit de nuestra nueva campeona olímpica.
Desde la
consecución de la triple corona, Isabel Fernández se centró en extender un carrera
al menos un ciclo olímpico, animada por los buenos resultados en los europeos.
En Atenas 2004, tuvo el honor de ser la abanderada española durante la
ceremonia inaugural, siendo la primera deportista española en gozar de este
privilegio (si excluimos la farsa de la Infanta Cristina en Seúl’88)
Desafortunadamente, Atenas no trajo más alegrías para Isabel, que pese a seguir
ganando varios campeonatos de Europa, no pudo repetir éxitos ni en mundiales,
ni tampoco en Pekín’2008 en lo que serían sus cuartos y últimos juegos. En 2009
se retiró de la competición, y quiso volver en 2011 para luchar por una plaza
cara a los juegos de Londres, pero no tenía el nivel de competición de antaño.
Un sentido
recuerdo desde esta página, para una de nuestras más ilustres deportistas.
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