miércoles, 10 de octubre de 2012

Mouton, heroína del rally 10-10-1981




EN UN 10 DE OCTUBRE DE 1981…     MICHELLE MOUTON, UNA MUJER GANA EN LOS RALLYES




Esencia de mujer



   En el año 1985, la localidad de Grasse, en los Alpes Marítimos, se hizo mundialmente famosa a raíz del éxito de la novela de Patrick Süskind, “El perfume”. Años atrás, en una de sus viviendas rurales, una niña se contagió de la pasión por la velocidad de su padre. Durante su adolescencia, pasaba sus tardes rodando por la finca de la familia. Comenzó a estudiar derecho, pero el aroma de la gasolina es a menudo la fragancia más embriagadora. Tras aprobar un curso, y con veinte años, se lanzó a probar suerte en el mundo del rally.



   Su padre se dejó un dinero que no tenía para cumplir con su hija el sueño de su vida. Adquirió un Renault Alpine, uno de los mejores coches de rally de la época. A los pilotos masculinos no les hacía demasiada gracia compartir parrilla con una mujer, pese a que en esa época ya había antecedentes en otras categorías como Lella Lombardi en la Fórmula Uno. Y menos gracia todavía cuando Michelle Mouton ganó el campeonato de Francia de Rallyes dos años consecutivos en 1974, y 1975. El siguiente salto fue el Campeonato Europeo. En este campeonato consiguió varias victorias, casi todas al volante del Fiat 131 Abarth. 



   En 1980, Audi estaba a punto de cambiar la historia del campeonato del mundo. Estaba preparando el debut en el año 1981 del Quattro, el primer coche de rallyes con tracción integral, y precursor de la aparición de los vehículos del Grupo B. El desarrollo del coche había recaído en Hannu Mikkola, pero todavía no se sabía quien iba a ser su compañero. La casa bávara pensó en contratar al flamante campeón del mundo Walter Röhrl, pero sus pretensiones eran muy altas. Entonces, los directivos de Audi vieron una oportunidad en Mouton. Era innegable que tenía talento, y además sería una buena estrategia publicitaria. La piloto francesa era muy orgullosa y antes de firmar su contrato con Audi hizo prometer al jefe del equipo, Walter Tresser que la fichaba como piloto y no como mujer.

 


   El tándem Mikkola-Mouton funcionó muy bien. Mikkola respetaba mucho las cualidades como piloto de Mouton, y supongo que también agradeció que su compañero de equipo fuera una debutante en el mundial, y no un campeón como Röhrl. Desafortunadamente, la superioridad teórica del Quattro no se plasmó en la pista. El coche se mostró poco fiable, manejarlo por el asfalto era una heroicidad, y además los problemas en el seno del equipo eran sonados. Pese a ello, ganaron tres pruebas, Suecia y el RAC con Mikkola, y San Remo con Mouton, convirtiéndose así en la primera mujer, y única hasta la fecha, en ganar un rally del campeonato del mundo.


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   Y cerca estuvo de llevarse el título mundial. En 1982, Audi disponía de vehículo e infraestructura para ganar el campeonato. A falta de dos pruebas, Costa de Mafil y el RAC, la piloto francesa necesitaba un buen resultado en África para atacar el liderato que tenía Röhrl con un Opel Ascona. Antes de viajar, recibió la noticia del fallecimiento de su padre, su mentor en el rally. Pese a todo, decidió salir para dedicarle la victoria, y pelear el campeonato. Problemas de motor cuando lideraba la prueba, unido a un postrero accidente, provocaron su abandono, y que el título mundial fuera a manos de su rival.

   Sus resultados desde entonces en el mundial de rallyes fueron discretos, hasta su retirada en 1986. Sin embargo, iba a derrumbar otra barrera para las mujeres, al ganar la durísima subida al Piles Peak en 1985, con récord incluido, al volante de un Audi Quattro.


 

    Durante el tiempo que estuvo en activo, tuvo que lidiar con el machismo de algunos de sus rivales. En 1981, Ari Vatanen afirmó que “era mejor abandonar que ser ganado por una mujer”. Su rival en el campeonato de 1982, Walter Röhrl afirmó que “hasta un mono podría ganar al volante de un Audi, y puede que ella no lo haga”. Como ha sucedido con otras mujeres que han competido contra hombres, fueron infravaloradas hasta que tuvieron oportunidad de luchar de tú a tú contra ellos. El ejemplo de Mouton ha inspirado a otras pilotos, como por ejemplo, Jutta Kleinschmidt, que ganó el rally Dakar en 2001, con la que curiosamente ha compartido copiloto, la italiana Fabrizia Pons. 


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