jueves, 11 de octubre de 2012

Isabel Fernandez, reina mundial 11-10-1997






EN UN 11 DE OCTUBRE DE 1997…   ISABEL FERNÁNDEZ, CAMPEONA MUNDIAL DE JUDO


Nuestra reina Isabel


Siempre se ha comentado el crecimiento que experimentó el deporte español en la olimpiada de Barcelona. Es posible que el Judo fuera uno de los deportes minoritarios que mejor supo explotar la cercanía de los Juegos Olímpicos. Bajo el mandato en la presidencia de la federación de Alejandro Blanco, actual presidente del C.O.E, España consigue la concesión de dos grandes eventos: el campeonato europeo de 1988, que tuvo lugar en Pamplona, y el mundial de 1991, que se celebraría en Barcelona. Pero nuestro judo, no se limito a ser un buen anfitrión. España pasa del solitario bronce de Ángela Medina en los europeos de 1987, a ganar seis medallas en la capital navarra, entre ellas una de oro, Joaquín Ruiz en 71 Kg. Barcelona iba a servir para encumbrar a Miriam Blasco, que en menos de un año iba a ganar el oro mundial y olímpico.


 


La llama olímpica se apagó para Barcelona, pero no lo hizo para el judo español. En el campeonato europeo de Birmingham, en 1995, una joven judoka de 23 años, Isabel Fernández, protagoniza la gran sorpresa en la categoría de 56 Kg La experimentada Nicola Fairbrother, rival de Blasco en las semifinales de Barcelona’92, sudó sangre para ganar el combate por un waza-ari de diferencia. Al año siguiente, Isabel Fernández disputó sus primeros JJ.OO, en Atlanta. No vino de vacío del otro lado del charco, pues se adjudicó la medalla de bronce. Tampoco pudo desquitarse en los europeos, pues fue víctima de una escandalosa decisión arbitral en su combate de semifinales ante la belga Lomba. Sólo pudo rescatar otro bronce.

El campeonato del mundo de 1997, en París, parecía el lugar idóneo para el desquite. Con 25 años, tenía la madurez suficiente, y sólo necesitaba ese punto de fortuna que acompaña a los campeones. El destino le tenía preparada un regalo servido en bandeja de plata. En semifinales, su rival iba a ser la belga Lomba. Con el recuerdo de lo sucedido un año antes, Isabel venció a su rival por ippon. La cosa mejoraba por momentos, pues en la final aguardaba la cubana González, su verdugo en las semifinales de Atlanta. El combate fue muy igualado, pero la iniciativa siempre correspondió a la alicantina. El empate persistió hasta el final y por decisión unánime de los jueces,  Isabel Fernández ganó su primer título mundial, y su primer gran campeonato.




En el horizonte, Sídney. Siempre es complicado comenzar muy fuerte un ciclo olímpico, las dudas sobre si te respetarán las lesiones, si aguantaras la forma, torturan mentalmente al deportista. En 1998, en Oviedo, llegó el esperado título europeo. Y antes de apretarse el cinturón sobre el judogui, y pisar el tatami olímpico de nuevo, en 1999 otro título europeo, y una plata mundial, en otra final ante la judoka cubana.

Sídney había llegado. Los focos se posaban sobre el tatami, pero en España el combate se veía casi a media luz por la diferencia horaria. Isabel Fernández estaba en la final, y ante ella, en el otro extremo del tatami, otra vez Driulis González. Atrás quedaban las anteriores contiendas entre ambas, el bochornoso combate de semifinales ante la australiana Pekli… Fue un combate muy similar al que le valió el oro mundial en el 97, muy táctico, con ambas competidoras a un nivel muy parecido. Isabel obtuvo una pequeña ventaja merced a las sanciones de los jueces, y jugó a defender ese escaso margen. Debía tener una actitud ofensiva, para evitar la sanción. La cubana buscó a la desesperada el punto que necesitaba, pero Isabel se defendió a las mil maravillas. El combate terminaba, y todos recordamos ese salto al cénit de nuestra nueva campeona olímpica. 


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Desde la consecución de la triple corona, Isabel Fernández se centró en extender un carrera al menos un ciclo olímpico, animada por los buenos resultados en los europeos. En Atenas 2004, tuvo el honor de ser la abanderada española durante la ceremonia inaugural, siendo la primera deportista española en gozar de este privilegio (si excluimos la farsa de la Infanta Cristina en Seúl’88) Desafortunadamente, Atenas no trajo más alegrías para Isabel, que pese a seguir ganando varios campeonatos de Europa, no pudo repetir éxitos ni en mundiales, ni tampoco en Pekín’2008 en lo que serían sus cuartos y últimos juegos. En 2009 se retiró de la competición, y quiso volver en 2011 para luchar por una plaza cara a los juegos de Londres, pero no tenía el nivel de competición de antaño.

Un sentido recuerdo desde esta página, para una de nuestras más ilustres deportistas.



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