miércoles, 3 de octubre de 2012

Freire entra en la leyenda 03-10-2004



EN UN 3 DE OCTUBRE DE 2004…. FREIRE ENTRA EN LA LEYENDA


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Al mencionar el término “retirada” dos preguntas torturan la mente del deportista:  ¿Cuándo? ¿Cómo? Y qué difícil es acertar en ambos casos. Una semana  y tres días después, Óscar Freire puede tener la conciencia tranquila. Colgó la bicicleta en su prueba fetiche, la prueba en línea del Campeonato Mundial de Ciclismo en Ruta. No pudo abrir la puerta grande, ni tan siquiera recibió la pleitesía mediática que merece por su contribución al deporte español. Abrió sus imperdibles, se quitó ese maldito dorsal trece de su maillot, y se fue del ciclismo por chiqueros. Qué país de ingratos

Cuidado que esto puede ser muy bueno” advirtió Pedro Delgado. Óscar Freire, saltaba por la parte izquierda del grupo aprovechando un bandazo de Beat Zberg hacia la derecha. Un ataque que debería estudiarse en las escuelas de ciclismo. La campana en Verona, había llamado a héroes hacía una vuelta. Y mientras en el grupo decidían si debían tirar los Montesco o los Capuleto, un joven cántabro salido de la factoría Vitalicio, iniciaba su romance con los mundiales. Con perspectiva, una página con reborde dorado en la hemeroteca del deporte español.


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Freire demostró en su primer año luciendo la túnica arcoíris que era una estrella en ciernes, logrando victorias al esprint, sobre todo en finales donde para levantar los brazos había que utilizar más el cerebro que las piernas. En el mundial de Plouay 2000, el sabor agridulce del bronce. Oro y bronce en dos mundiales. 

Tras un 2001 navegando a la deriva llegó la suave corriente del estuario del Tajo. Lisboa iba a ser el escenario de una gesta histórica. Italia murió víctima de sus propios egos, culminado con episodios kafkianos como Lanfranchi tirando para cazar a su compañero Simoni tras un ataque de éste. Fueron momentos agónicos para España, con la carrera rota, sin muchos corredores, y sabedores de que en una volata final sólo Zabel parecía un rival de enjundia. Se conguió llegar al esprint. Zabel arrancó, puede que demasiado pronto, y terminó pagándolo. Óscar avanzaba por las vallas, la zona del todo o nada, y la moneda cayó de cara. Por estrecho margen, se convertía en el primer español con dos mundiales en línea, ante el rostro de un atribulado Bettini. 

 


En 2002 el recorrido era una planicie, en 2003 Astarloa se aprovechó del marcaje, y en 2004, Verona, bella Verona. Durante las vueltas al recorrido, Freire seguramente pudo revivir lo que sintió al salir de esa curva que une la circunvalación del Raggio di Sole con la vía Porta Nova, cinco años atrás. Italia, ahora sí, se unió en torno a Bettini, pero Freire no rodaba sólo. España hizo un trabajo colosal como equipo, impecable en el plano táctico, neutralizando las típicas escaramuzas de esta prueba. En la última vuelta llevaron a Freire bajo palio, si es que se puede hablar en esos términos en esta carrera. 

Luis Pérez encabezó la comitiva a la entrada de la que pasará la historia como “curva Freire”. Aguantó unos metros más, y cuando se apartó, Valverde, que era en lanzador del cántabro, dudó. Podía ser una llegada muy larga, y el alemán Hondo metió baza para su compañero Zabel. Freire perdió posiciones hasta que Valverde pedaleó con todo. El lanzamiento fue extraordinario, y Óscar hizo fácil lo que es difícil: rematar el trabajo de todo un equipo. Si, como dice el refranero ciclista, cuando terminas el Tour te dan el carné de ciclista, aquella tarde de 2004 en Verona a Freire le dieron el carné de un club que sólo tiene cuatro socios: Merckx, Binda, Van Steenbergen… y un español de Torrelavega.




Mis últimas palabras son para rendir homenaje al otro Freire, al que sólo los aficionados al ciclismo conocen. No es un corredor de una carrera, ha sido un ciclista que ha puesto a España en el mapa en terrenos que nos eran casi inhóspitos. Tres Milán-San Remo, otras tres Flechas Brabanzonas, una Tirreno-Adriático, un maillot verde del Tour de Francia, una París-tours, una Gante-Wevelgem… El tiempo será quien le otorgue la notoriedad que hoy se le niega, cuando nos despertemos de lo que fue el sueño de una noche de Verona. Gracias, campeón.



Y mañana en el blog: Cinco...mil r.p.m

2 comentarios:

  1. Nunca se la ha reconocido como lo que es. El mejor ciclista español de siempre a la par con Indurain. Pasará mucho tiempo hasta que salga otro parecido.

    Garion

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  2. Gracias por tu lectua GRAN Garion :)

    Lo más parecido que tuvimos en España fue Poblet, y entre Poblet y Freire casi medio siglo.

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